Nuestra Historia

El 4 de abril de 1893 nació Le Droit Humain, desafiando las normas de la masonería de la época, que negaban la igualdad de derechos y responsabilidades entre hombres y mujeres en la iniciación masónica.

Desde entonces, y durante más de 130 años, todas sus logias han sido mixtas. Única desde sus inicios en el ámbito masónico francés y posteriormente a nivel mundial, Le Droit Humain sigue siendo la única Orden Masónica mixta de alcance internacional, fiel a su compromiso con la equidad y la fraternidad.

Un legado del siglo de las luces.

El origen de la masonería ha sido durante mucho tiempo un enigma, envuelto en mitos, leyendas y tradiciones orales que prevalecieron hasta el siglo XX. Sin embargo, la investigación académica e histórica ha permitido esclarecer sus fundamentos. Se reconoce hoy que la masonería, tal como la conocemos, es una creación del siglo XVIII, nacida en el contexto del Siglo de las Luces y con raíces en Inglaterra.

El punto de partida de la masonería moderna, también llamada "masonería especulativa" en contraposición a la "masonería operativa" de los constructores medievales, se sitúa en el 24 de junio de 1717. En esa fecha, cuatro logias londinenses decidieron unirse y formar una "Gran Logia", con el propósito de estructurar y regular las prácticas masónicas. Como parte de esta organización, el Gran Maestro encomendó al pastor presbiteriano James Anderson la redacción de un documento fundacional: las Constituciones de Anderson, publicadas en 1723. Estas constituciones, que también contaron con la colaboración del físico y sacerdote anglicano Jean-Théophile Désaguliers, establecieron las bases de la masonería y promovieron la fraternidad entre los seres humanos.

Si bien en sus inicios la masonería excluía a esclavos, sirvientes, ateos y mujeres, las Constituciones de Anderson reflejaban una notable tolerancia religiosa para la época. Entre sus principios fundamentales se encuentra la idea de la masonería como un espacio de unión y reconciliación entre personas que, de otro modo, habrían permanecido separadas.

Desde su origen, la masonería estuvo estrechamente vinculada con el pensamiento ilustrado. Existían lazos filosóficos entre figuras como John Locke, Isaac Newton (presidente de la Royal Society) y Désaguliers, todos defensores de la razón y el conocimiento. La Royal Society promovía el avance científico y rechazaba los dogmas que limitaban el progreso, valores que se reflejaron en la masonería.

Además de su dimensión filosófica, la masonería surgió como una reacción a la violencia política y religiosa de su tiempo. Se convirtió en un movimiento que trascendía divisiones teológicas y políticas, desempeñando un papel clave en los procesos de emancipación nacional y en las revoluciones de los siglos XVIII y XIX. Figuras como George Washington y Simón Bolívar, ambos masones, se inspiraron en sus principios para impulsar la independencia de sus respectivas naciones.

Durante el siglo XVIII, las logias masónicas, al igual que los cafés y los salones literarios, fueron espacios clave para la difusión de las ideas ilustradas. Sin embargo, la masonería también fue rechazada por las iglesias dominantes y los regímenes autoritarios. En 1738 y 1751, dos papas condenaron a los masones por aceptar en sus filas a protestantes, judíos y deístas, debilitando así la influencia de la Iglesia Católica. Esta oposición continuó con nuevas condenas en 1865 y 1884. Aunque en 1983 la excomunión formal fue retirada, los masones católicos aún eran considerados en "estado de pecado grave". En contraste, la masonería nunca ha rechazado la práctica religiosa, acogiendo a creyentes de diversas confesiones sin restricciones desde sus orígenes.

A partir del siglo XVIII, la masonería se expandió rápidamente por Europa, especialmente en Francia, donde adquirió un carácter propio, alejándose de las influencias anglosajonas y proclamando su compromiso con el progreso de la humanidad. Su crecimiento fue impulsado por comerciantes, funcionarios y soldados, atrayendo a personas de distintos estratos sociales, desde plebeyos hasta aristócratas y religiosos. Este movimiento se convirtió en un símbolo de libertad de expresión y reunión, especialmente en un contexto de reacción contra el absolutismo de Luis XIV.

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Los orígenes masculinos de la Masonería.

A lo largo de la historia, a pesar de las diferencias entre las distintas obediencias y su relación con las Constituciones anglosajonas de Anderson, un principio se mantuvo inquebrantable: la estricta separación de géneros. Las Constituciones de Anderson de 1723 establecían que, para ser masón, no se debía ser "ni un libertino irreligioso, ni una mujer".

Medio siglo después, en 1773, nació el Gran Oriente de Francia (G.O.D.F.), heredero de las organizaciones masónicas francesas que habían surgido en 1728 bajo otros nombres. Aunque las mujeres, en su mayoría aristócratas, podían participar en una forma limitada de masonería a través de las llamadas "logias de adopción", siempre lo hacían bajo la tutela de hombres y con rituales diseñados específicamente para ellas, acorde con los roles y preocupaciones que la sociedad les atribuía. Esta "Masonería de Damas" estaba aún muy lejos de la igualdad real.

Un cambio significativo tuvo lugar en 1877, cuando el Gran Oriente de Francia eliminó la exigencia de creer en Dios como requisito de ingreso, proclamando así el principio de la absoluta libertad de conciencia. Esta decisión marcó una ruptura con la Gran Logia de Inglaterra, considerada la cuna de la masonería, y aún en el siglo XXI sigue dividiendo a la masonería en dos corrientes principales.

Por un lado, una masonería deísta y exclusivamente masculina, reconocida por Londres por su fidelidad a los principios tradicionales. En Francia, esta corriente está representada por la Gran Logia Nacional Francesa. Por otro lado, una masonería adogmática, evolutiva y abierta a la diversidad, que incluye a EL DERECHO HUMANO y sus obediencias afines.

¡Maria Deraismes recibe la iniciación masónica!

A finales del siglo XIX, se sientan las bases de "EL DERECHO HUMANO", en un contexto de transformación social en Francia. En este periodo, un grupo de mujeres, junto con algunos hombres, impulsa un profundo debate sobre la condición femenina y sus derechos.

Maria Deraismes (1828-1894)

Desde 1865, Maria Deraismes, una destacada escritora, periodista y oradora, se involucra activamente en las luchas sociales, especialmente en la causa de la emancipación femenina. Su compromiso llama la atención de los hermanos del Gran Oriente de Francia, quienes la invitan a impartir conferencias en sus logias bajo su tutela.

En 1880, un grupo de masones se separa del Gran Oriente de Francia y funda la Gran Logia Simbólica Escocesa (G.L.S.E.), convirtiéndose en un espacio de vanguardia para el pensamiento progresista y social. Uno de sus miembros más influyentes es el doctor Georges Martin, consejero general, senador del Sena y ferviente defensor del laicismo. Martin lidera una campaña para permitir la admisión de mujeres en la masonería, argumentando que no se puede trabajar por el progreso de la Humanidad excluyendo a la mitad de sus miembros.

Georges Martin (1844-1916)

Esta cuestión esencial pronto moviliza a más hermanos, quienes intentan convencer a sus obediencias de aceptar mujeres en sus logias. Sin embargo, ante las negativas reiteradas, la logia "Les Libres Penseurs du Pecq" de la Gran Logia Simbólica Escocesa toma una decisión histórica: el 14 de enero de 1882, inicia a Maria Deraismes en la masonería. Este acto desafía abiertamente los principios establecidos en las Constituciones de Anderson.

La transgresión genera una gran controversia dentro de la logia, provocando el abandono de varios miembros y su eventual declive. Para evitar mayores represalias, Maria Deraismes decide distanciarse de la logia, pero no renuncia a su lucha. Su casa se convierte en un punto de encuentro para masones comprometidos con la causa de la igualdad, entre ellos Georges Martin, quien sigue insistiendo cada año en la necesidad de admitir a las mujeres en la masonería, pese a los constantes rechazos.

Tras diez años de intentos fallidos, Maria Deraismes y Georges Martin optan por la audacia y deciden desafiar nuevamente las normas establecidas, dando un paso decisivo hacia la creación de una masonería verdaderamente mixta e igualitaria.

La primera logia mixta: "EL DERECHO HUMANO"

Para fundar una logia mixta, era imprescindible contar con miembros fundadores, incluyendo mujeres ya iniciadas. Con este propósito, Maria Deraismes reunió en su hogar, el 1 de junio de 1892, a un grupo de mujeres dispuestas a recibir la iniciación masónica. Así comenzó un proceso que culminó el 4 de abril de 1893, cuando trece mujeres fueron iniciadas en la masonería por Deraismes.

Estas nuevas iniciadas provenían de diversos ámbitos sociales, pero todas compartían un fuerte compromiso con los derechos de las mujeres, la protección de la infancia, la lucha contra la pobreza, la libertad de pensamiento y la defensa de los derechos democráticos. Al finalizar la ceremonia, el hermano Georges Martin solicitó su afiliación como miembro activo, consolidando así el carácter mixto de la logia.

Así nació la Gran Logia Simbólica Escocesa Mixta de Francia, estableciendo los cimientos de la francmasonería mixta. Desde su origen, esta logia, bajo el nombre de "EL DERECHO HUMANO", defendió la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la justicia social, la educación universal y una metodología simbólica de trabajo accesible para todos, sin distinción de género, en cualquier parte del mundo.

El legado de Maria Deraismes

En 1893, la salud de Maria Deraismes comenzó a deteriorarse, y falleció en 1894, apenas diez meses después de la creación de EL DERECHO HUMANO y veintiocho años después de su primera conferencia en el Gran Oriente de Francia. Antes de partir, dejó un mensaje a sus hermanos y hermanas masones:

"Os dejo el Templo inacabado; continuad entre sus Columnas la lucha por el Derecho de la Humanidad."Maria Deraismes, 1894

Tras su muerte, Georges Martin y las hermanas fundadoras tomaron el relevo con la firme intención de expandir la masonería mixta más allá de fronteras, etnias, religiones y culturas. En 1896, se establecieron las Constituciones y Reglamentos de la nueva Gran Logia, definiéndola como una "obediencia mixta de jurisdicción universal", consolidando así su carácter internacionalista.

La expansión global de EL DERECHO HUMANO

Inspiradas en los mismos principios, nuevas logias mixtas comenzaron a surgir en París, en otras regiones de Francia y, posteriormente, en el extranjero. Sin embargo, el carácter mixto e internacionalista que sus fundadores habían concebido no podía limitarse a una Gran Logia de ámbito nacional.

En 1901, se produjo un cambio radical en la organización, dando origen a la creación de la Orden Masónica Mixta Internacional EL DERECHO HUMANO. Posteriormente, en el primer Convento Internacional, celebrado en París en 1920, se redactó una Constitución internacional, con la participación de 70 delegados de 25 países. Este documento otorgó autonomía y un modelo de gobierno flexible a las nuevas Federaciones nacionales, establecidas en países como Estados Unidos (1908) y Francia (1921), entre muchas otras a lo largo de las siguientes décadas.

El auge de la masonería mixta en el mundo

Bajo la dirección del Supremo Consejo, pilar iniciático de la Orden, la creación de logias se expandió rápidamente en numerosos países. Entre sus principales impulsoras destacó Annie Besant, de origen anglo-irlandés, quien aceleró el crecimiento de la masonería mixta en territorios del Imperio Británico, incluyendo India, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

A lo largo de más de 130 años de historia, a pesar de guerras, prohibiciones en regímenes totalitarios o ideologías extremistas, y la persistencia de prejuicios, EL DERECHO HUMANO sigue creciendo y evolucionando. Su presencia se ha extendido incluso a lugares donde, hasta hace poco, parecía impensable que hombres y mujeres pudieran reunirse para trabajar en su progreso y en el de la Humanidad.

En 2023, EL DERECHO HUMANO está presente en más de 60 países a lo largo de los cinco continentes.

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