El 3 de julio 1979 el Tribunal Supremo (TS) dictaba una sentencia mediante la cual se daba carta de naturaleza legal a una asociación masónica en España. Poco importa el nombre y la legitimidad de quienes lo solicitaban ya que lo importante de la sentencia radica en que, con la legislación vigente por aquel entonces, resultaba no ajustado a derecho que la Dirección General de Política Interior denegase la inscripción de una asociación, aunque se reclamase heredera de los principios de la francmasonería, la que había sido perseguida con saña por el Régimen franquista y que, además, el reconocimiento del derecho viniese mediante la aplicación de una Ley del propio Régimen promulgada el 24 de diciembre de 1964. ¡QUINCE AÑOS PERDIDOS! Porque un régimen dictatorial era incapaz de cumplir sus propias leyes.
Lo importante de la sentencia, de la que han pasado ya cuatro décadas, radica en que a partir de ella la masonería española comenzó su periplo de vida plenamente legal, totalmente compatible con las normas que sobre asociaciones aún pervivían de la dictadura, y que propiciaba que al año siguiente comenzase su andadura la RL Logia Alba de Levante al Oriente de Valencia, germen de la refundación de la Federación española de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain, que tendría lugar un año más tarde con la inscripción en el Registro de Asociaciones de la Asociación El Derecho Humano (23 de marzo de 1981), que se acerca así a sus cuatro décadas de existencia que se unían al largo periodo de vida anterior a la Guerra Civil como continuadora legal de la ya existente antes de la Guerra Civil española
Han pasado cuarenta años, los mismos que duró la dictadura que nos persiguió con una saña desconocida en toda Europa occidental, y en estos momentos la Francmasonería empieza a ser algo perfectamente normal en la vida social española con diferentes Obediencias masónicas para elegir aquella que más se adecúe a la personalidad de cada cual. La dictadura ha caído pero la Francmasonería, especialmente nuestra Orden, Le Droit Humain, sigue luchando por sus ideales de Libertad, Igualdad, Fraternidad para todos los seres humanos sin distinción de credo, ideología política, raza o género. Alegrémonos, propaguemos y defendamos nuestros valores.
El 3 de julio 1979 el Tribunal Supremo (TS) dictaba una sentencia mediante la cual se daba carta de naturaleza legal a una asociación masónica en España. Poco importa el nombre y la legitimidad de quienes lo solicitaban ya que lo importante de la sentencia radica en que, con la legislación vigente por aquel entonces, resultaba no ajustado a derecho que la Dirección General de Política Interior denegase la inscripción de una asociación, aunque se reclamase heredera de los principios de la francmasonería, la que había sido perseguida con saña por el Régimen franquista y que, además, el reconocimiento del derecho viniese mediante la aplicación de una Ley del propio Régimen promulgada el 24 de diciembre de 1964. ¡QUINCE AÑOS PERDIDOS! Porque un régimen dictatorial era incapaz de cumplir sus propias leyes.
Lo importante de la sentencia, de la que han pasado ya cuatro décadas, radica en que a partir de ella la masonería española comenzó su periplo de vida plenamente legal, totalmente compatible con las normas que sobre asociaciones aún pervivían de la dictadura, y que propiciaba que al año siguiente comenzase su andadura la RL Logia Alba de Levante al Oriente de Valencia, germen de la refundación de la Federación española de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain, que tendría lugar un año más tarde con la inscripción en el Registro de Asociaciones de la Asociación El Derecho Humano (23 de marzo de 1981), que se acerca así a sus cuatro décadas de existencia que se unían al largo periodo de vida anterior a la Guerra Civil como continuadora legal de la ya existente antes de la Guerra Civil española
Han pasado cuarenta años, los mismos que duró la dictadura que nos persiguió con una saña desconocida en toda Europa occidental, y en estos momentos la Francmasonería empieza a ser algo perfectamente normal en la vida social española con diferentes Obediencias masónicas para elegir aquella que más se adecúe a la personalidad de cada cual. La dictadura ha caído pero la Francmasonería, especialmente nuestra Orden, Le Droit Humain, sigue luchando por sus ideales de Libertad, Igualdad, Fraternidad para todos los seres humanos sin distinción de credo, ideología política, raza o género. Alegrémonos, propaguemos y defendamos nuestros valores.