Comienza un nuevo curso y desde la Federación Española de la Orden Masónica Mixta Internacional queremos compartir con el mundo profano los principales ejes por los que discurrirá el trabajo que impulsa el Consejo Nacional durante este.

Como hemos puesto de manifiesto en diversas ocasiones este año se cumplían 130 años del nacimiento de nuestra Orden, 4 de abril de 1893, que lo hacía gracias al compromiso de dieciséis Hermanas, a la cabeza  Maria Deraismes, y el H. Georges Martin con el fin de desarrollar un trabajo que se resumía en pocas palabras, «Afirmar para todos y siempre los derechos de los Seres Humano y perseguir el triunfo de la Justicia Social tanto en Francia como en el extranjero«. Ese mismo compromiso es el que anima a todas las masonas y los masones de nuestra Orden y es lo que marcará nuestros esfuerzos un curso más.

Nuestra Orden nacía con una clara posición laica, posición que marcará también nuestro quehacer en un momento en el que diversas formas de teocracia tratan de dirigir los pasos de la sociedad en función de la interpretación que cada una de ellas hace de aquello que consideran «ley divina», pero que no tiene más objetivo que coartar la libertad de los seres humanos en cuestiones poco o nada relacionadas con las creencias y sí con una visión conservadora de la sociedad.

Las logias deben ser un lugar de encuentro e intercambio de reflexiones entre personas con ideas diferentes pero unidas en la búsqueda de la verdad, trabajo que se enfrenta a cualquier tipo de dogmatismo y que, en definitiva, diferencia a la masonería en la que nos encuadramos de otro tipo de organizaciones sociales. Creemos que es fundamental formar personas, ciudadanas y ciudadanos, libres y responsables de las obligaciones que tienen para con la sociedad en la que se insertan y siempre acordes con los principios de defensa de los Derechos Humanos y la búsqueda de la justicia social.

Arrancamos un año en el que deberemos reflexionar sobre aquellas cuestiones que deben preocupar a la sociedad, los avances tecnológicos en las diferentes áreas en que se producen y sus implicaciones éticas, el cambio climático, la desigualdad creciente en todos los ámbitos y el machismo trasversal que se resiste a desaparecer.

No debemos renunciar a aquello que nos es propio y base fundamental de nuestro trabajo, el método ritual y simbólico, pero sabiendo que se trata de un instrumento y no un fin en sí mismo.

Siguiendo la senda marcada por nuestros fundadores no nos podemos permitir creer que la masonería se hace en nuestros templos de cara al mundo profano, debemos trabajar sí dentro pero con  el fin de ser realmente útiles fuera.

Pedro José Vila
Pdte. Federación Española